- Vale, vamos a hacerlo bien. Vamos a empezar por el principio. Vamos a retrotraernos hasta el jodido principio y lo vamos a hacer bien.
- ¿A qué principio?
- Ya sabes, al verdadero principio. Al origen. Como cuando detectan dónde ha empezado uno de esos terremotos gigantes. O un tsunami. Los tsunamis salen de los terremotos, ¿lo sabías? Bueno, más o menos. Tienen un punto de partida en común o algo así.
- Ya, pero es que yo no soy un terremoto.
- Ya sabemos que no eres un terremoro. Eso no es lo importante. Lo importante es llegar hasta el origen.
- El origen, ya sabes. Como en todas esas películas. Toda esa mierda de avanzar para llegar al principio. Como Hitchcock. Como todas esas pelis.
- Pero es que no hay principio. El principio es levantarme y no acordarme de nada.
- Bueno, eso es un principio, ¿no? ¿qué me dices de Memento? ¿qué me dices de El día de la marmota?
- No, espera, esa no va de eso, esa va de que se repite el mismo día una y otra vez.
- ¿Y él lo recuerda?
- Sí, sí, lo recuerda completamente. Esa es la que se suicida varias veces, y roba un camión blindado, y liga con Andy Macdowell.
- Vale, intentémoslo de otra manera, ¿qué cosas recuerdas?
- No recuerdo nada.
- Pero, ¿sabes de qué peli hablamos?
- No.
( FIN DE LA CONVERSACIÓN)
Y, hasta ahora, ésta tampoco es una historia de amor.
Amigo Daniel:
ResponderEliminarMe dejaste un relato dos relatos para el concurso que organizo en el blog.
Uno de ellos, el de Mickey y Donald se pasa de número de carácteres. Es por si quieres reformarlo o algo. Me gusta avisar a los participantes porque os habéis molestado en escribir y ponerlo allí. Gracias.
No sé cómo no me di cuenta antes, pero aún queda una semana.
Un cordial saludo.