miércoles, 7 de diciembre de 2011

CAPÍTULO 3. LO DE ANTES.

Y lo de antes había sido Buenos Aires. Cuando todo parecía ir bien y él tenía memoria y todas esas cosas. LO DE ANTES. Y, bueno, si lo recordara, él podría decir que Buenos Aires es una ciudad extraña. Una ciudad gigante y con tres hileras de dientes y llena de cosas que hacer que a veces se hacen y otras veces no. Una ciudad mentirosa y peciosa y mal amante. Una buena ciudad.
Otro recuerdo; alguien diciéndole en una estación de trenes de otro país que parece que esté huyendo de algo. Pero ésta no es una historia de espionaje ni nada parecido. Era sólo un comentario jocoso. Una conversación de desconocidos (suponemos) en una estación de trenes. Y Buenos Aires es un poco así.
Si lo recordara, decía, probablemente hablaría de cosas que buscaba (nada especial ni poético), de cosas que hizo (borracheras, leer, perderse alguna vez por las mañanas), pero no sabría explicar muy bien su relación con una ciudad a veces mágica y a veces de un rutinario capaz de matara a cualquiera.
Pero eso es lo que tienen los lugares. Todos. Aunque, en realidad, ahora que lo pienso, si lo recordara, probablemente usaría esos recuerdos para construir una historia mucho mayor. Una historia repleta de aventuras y de encuentros magníficos con perfectos desconocidos por que, al final, ¿PARA QUÉ VIAJA UNO SI NO PARA INVENTAR UN VIAJE QUE CONTAR A ALGUIEN?

No hay comentarios:

Publicar un comentario